Transmisiones manuales
TRANSMISIÓN MANUAL
Más barato. He aquí el principal argumento para la popularidad de las transmisiones manuales. Tienen un menor costo de fabricación con diferencias de precio que pueden oscilar entre $1.000 y $2.500 de media (o incluso más según el tipo de coche), lo que se convierte en un elemento decisivo a la hora de tomar la decisión de compra.
Tienen el comportamiento que el conductor quiera darle. Una vez el conductor ha cogido el tacto del embrague, el coche se comportará de la manera que él quiera. Las decisiones de cuándo y cómo cambiar de marchas, a qué revoluciones, o cómo utilizar la caja de cambios para aprovechar el freno motor serán única y exclusivamente decisión de quien esté detrás del volante.
Mayor precisión. No nos referimos a cuándo cambiar de marcha, que eso lo hará de manera autónoma una caja de cambios automática. La precisión, entendida como el control milimétrico que podemos darle al coche con la regulación del pedal izquierdo, es muy superior en un manual. Las maniobras a punta de gas, en pendiente o especialmente anticipando los cambios (o evitándolos) a través de la experiencia, solo se pueden conseguir con una transmisión manual.
Aportan un plus místico a la conducción. La conexión entre el ser humano y el coche mediante la actuación sobre los engranajes de la caja de cambios, ahí reside el mayor encanto de los manuales y su defensa a ultranza de los aficionados al motor. Será por eso que los coches aspiracionales siguen confiando en las transmisiones de tres pedales, aunque esto también está cambiando.